La importancia de ser una marca sostenible
Gracias a los movimientos ecologistas, tanto consumidores como empresas han empezado a desarrollar un espíritu crítico y concienciado con el impacto que tienen sus decisiones sobre el medioambiente. Tanto es así, que la sostenibilidad se ha convertido en un pilar fundamental en nuestras vidas.
Cada vez son más las personas y empresas comprometidas con respetar y proteger el medioambiente. Estas empresas, son conocidas como marcas sostenibles.
¿Qué es una marca sostenible?
Las empresas, como agentes partícipes de la sociedad y del entorno en el que operan, tienen la responsabilidad de hacerse cargo del impacto que generan sus negocios en la sociedad y el medioambiente. De tal manera, las marcas sostenibles son aquellas que asumen su responsabilidad y deciden comprometerse con el cambio.
Así pues, las marcas responsables o sostenibles serán todas esas organizaciones, empresas o entidades que incorporan la preocupación por el medioambiente en su visión de negocio. Y a partir de esta filosofía, se diseñan estrategias, políticas y acciones empresariales sostenibles para minimizar el impacto medioambiental de sus negocios y generar un impacto positivo en el entorno.
LA RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA
Probablemente hayas escuchado hablar sobre Responsabilidad Social Corporativa o RSC. Esta es una buena forma de hacer de tu negocio una empresa socialmente responsable. Por eso, estas últimas décadas ha ganado mucho terreno en el entorno empresarial, convirtiéndose en la base de la gestión empresarial actual de grandes, medianas y pequeñas empresas.
Podemos definir la Responsabilidad Social Corporativa como un criterio de gestión responsable que valora el impacto que la actividad de la empresa genera en tres dimensiones: social, económica y medioambiental. Se entiende que la actividad de la compañía afecta tanto a los públicos internos y externos, como a la sociedad en general. También participa de la economía y, por supuesto, del medioambiente todos y cada uno de los días de su ejercicio. Por ello la RSC, más allá de realizar acciones sostenibles puntuales, consiste en un compromiso a largo plazo. Se trata de una hoja de ruta tiene como objetivo establecer estrategias sostenibles y guiar el desempeño y las decisiones del negocio.
Las empresas no solo participan del mundo como motor económico: son un pilar clave para el desarrollo social y el cuidado del medioambiente
En definitiva, la RSC es el camino para ser mejores empresas y sacar partido de su actividad e influencia para beneficiar a la sociedad al conjunto, a la economía y, sobre todo, al medioambiente. Los consumidores demandan empresas sostenibles que promuevan valores solidarios y tengan un compromiso social que se vea reflejado en su manera de actuar.
Prácticas sostenibles en la empresa
Sabemos que la mejor forma de cambiar el mundo es empezando con uno mismo. Por eso, no hace falta pensar en grande cuando hablamos de sostenibilidad. Cada gesto por pequeño que sea cuenta y tienes a tu alcance gran cantidad de acciones que cuestan poco y generan mucho valor. Comentamos algunas:
1. Controlar el consumo energético
Los recursos energéticos son muy valiosos, en todos los sentidos. Pagamos un precio muy alto por ellos, y no solo nosotros, el medioambiente también. Por ello, hacer una gestión adecuada del consumo de energía, apostar por instrumentos de ahorro energético y fuentes de energía renovables te ayudarán a cuidar de tus finanzas, y sobre todo, del planeta.
2. Cuidar la cadena de suministro
Seleccionar proveedores y distribuidores locales, sostenibles o de km0 ayuda a que tu empresa sea más sostenible. Se trata de llevar la sostenibilidad cada eslabón de la cadena para garantizar un impacto positivo en todas las actividades y públicos que intervienen y forman parte de tu negocio.
3. Ahorrar en papel y plástico
Cada vez es más habitual gestionar los documentos de manera digital. De hecho, hay empresas que han eliminado por completo el papel de sus oficinas. No obstante, si has de hacer uso del papel, haz un uso responsable e intenta utilizar en la medida de lo posible papel reciclado. Como contraprestación por el papel que utilizas, también puedes apoyar iniciativas que ayuden a repoblar bosques y plantar nuevos árboles. Y con el plástico puedes hacer lo mismo. Si en tu empresa hay determinados productos como botellas de agua, cubiertos de usar de tirar o vasos de plástico, puedes sustituirlo por otros ejemplares que sean biodegradables, por ejemplo.
4. Colaborar con acciones sociales
Sabemos que la unión hace la fuerza ¡y como empresa tienes la capacidad de impulsar grandes cambios! Si no puedes desarrollar determinadas acciones dentro de tu empresa, una buena idea es respaldar proyectos, iniciativas y colectivos que estén haciendo una buena labor por el cambio social y medioambiental. Puedes hacerlo a través de donativos económicos o en especie, prestación de servicios, patrocinio, mecenazgo, eventos, etc. Elige aquellos proyectos que resuenen con tus valores y filosofía de empresa, o bien se relacionen con tu actividad empresarial para potenciar vuestra acción conjuntamente.
5. Fomentar el compromiso medioambiental
Es importante hacer partícipe a tus trabajadores de las políticas e iniciativas sostenibles que se llevan a cabo dentro de la empresa. Comunica abiertamente a tus públicos internos las medidas que estás llevando a cabo. Pregunta qué tipo de acciones les gustaría que se implementaran en la empresa o qué tipo de asociaciones y proyectos querrían que la empresa apoyase. Mantener motivadas a las personas que forman parte de tu empresa es clave para reforzar la sostenibilidad en todos los sentidos.
6. Promueve el uso de transportes sostenibles
La bicicleta es uno de los mejores medios de transporte. Es sostenible, no contamina y además ayuda a mantenerse en forma. Puedes incentivar el uso de la bicicleta creando un parking en tu empresa exclusivamente de bicicletas, pagando la suscripción del sistema de bicicletas público de tu ciudad o incorporando en la flota de transporte de la empresa vehículos eléctricos o híbridos.
7. Gestionar adecuadamente los residuos
El impacto que generan los residuos en el medioambiente es cada vez más problemático. Las empresas, dados sus elevados niveles de producción, generan una cantidad tremenda de residuos que, en muchas ocasiones, no se gestiona de manera adecuada y conlleva unas consecuencias desastrosas para el planeta. Por eso es vital implantar sistemas y programas de reciclaje propio en la empresa y otorgar el tratamiento concreto que requieren los residuos, especialmente los tóxicos y químicos. No obstante, si puedes optar por productos y materiales que sean sostenibles, ecológicos y fácilmente reciclables, mejor.
8. Reducir la huella ambiental
La huella ambiental es la forma de medir el impacto ambiental que genera un producto, servicio o empresa a lo largo del ciclo de su vida. Esto te permite analizar qué repercusiones ambientales tiene tu empresa. Así podrás planificar acciones qué te pueden ayudar a minimizar el impacto, mejorando la gestión ambiental de tu compañía.
Beneficios de ser una empresa sostenible
El desarrollo sostenible de la actividad empresarial genera múltiples sinergias que hoy en día valoran muy positivamente los consumidores. Por tanto, lo mejor de ser una empresa socialmente responsable es que, además de aportar valor a la sociedad y al mundo en el que vivimos, también se convierte en valor para tu negocio. Estos son algunas ventajas de las que tu empresa podría beneficiarse:
- Captación de clientes. Hoy en día muchas personas prefieren apostar por proyectos concienciados con el medioambiente. La conciencia ecologista guía las decisiones de compra de muchos consumidores que valorarán tu negocio más allá de lo que haces o les ofreces. Les importa lo que eres. ¿Eres una marca responsable? Esto puede ayudar a impulsar tu negocio.
- Genera buena reputación. El consumidor actual no solo busca productos y servicios de calidad. Más allá de que tus productos y servicios tengan una buena reputación en el mercado, se valorará también qué aportas a la sociedad, al mundo. Por ello la RSC o RSE puede ayudar a mejorar la imagen de negocio.
- Reducción de costes. Si la actividad de tu empresa contempla acciones que ayuden a reducir el gasto energético, el consumo de papel o la producción de residuos, entre otros, tus gastos también se reducirán. La optimización de recursos y la eficiencia energética se traduce en beneficios para el planeta y para tu negocio.
- Beneficios fiscales. La legislación actual incentiva el desarrollo de prácticas sostenibles premiando a las empresas que cumplen con los objetivos de sostenibilidad empresarial.
- Amplía el acceso a recursos financieros. En línea con lo anterior, ser una empresa que practica la RSC puede abrirte muchas puertas. Por ejemplo, puedes acceder a determinados mercados de capital, así como también a determinadas subvenciones o concursos públicos.
- Futuro a largo plazo. Una empresa que es sostenible con su entorno garantiza en mayor medida su proyección a futuro. Esto permite la consolidación empresarial en el tiempo y mejora la habilidad para adaptarse a los cambios que sucedan su entorno.
La sostenibilidad es el presente y el futuro. ¿Te animas a formar parte del cambio?