La importancia de la educación financiera para empresas 

El éxito de un proyecto no solo depende del resultado del trabajo. A menudo, el éxito o fracaso empresarial viene vinculado a decisiones financieras. ¿Estamos preparados como emprendedores para tomarlas? Revisemos la relevancia de tener una buena educación financiera dentro del ámbito de la empresa. 

No solo lo decimos nosotros. Instituciones tan variopintas como Harvard o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico aseguran que la educación financiera para empresas es una de las mejores formas para consolidar un proyecto.

Sin embargo, el 40 % de los propietarios de pequeñas empresas declara tener unos conocimientos financieros muy pobres, tal y como publica un estudio realizado por la empresa de servicios financieros Intuit. Esto podría no ser tan grave si no fuera porque el 81 % de los encuestados dice gestionar él mismo su empresa, lo que significa que gran parte de emprendedores basan sus decisiones corporativas en pura intuición. Todo un peligro que debemos tratar de corregir. Si, por un casual, perteneces a ese 40 % o consideras que tus conocimientos financieros no son suficientes, vamos a darte unos consejos para que empieces a mejorarlos desde ya.

Las principales ventajas de contar con una educación financiera para empresas 

La formación financiera es un motor a la hora de hacer prosperar un proyecto. Un mayor conocimiento se traduce en un mejor entendimiento de la situación de la empresa y más control sobre todas las áreas.

Contar con unas bases sólidas en conceptos económicos no solo es útil para analizar la situación, sino también al tomar decisiones. A la hora de afrontar una situación complicada es fácil dejarse llevar por el pánico y precipitarse, algo que es menos probable cuando se conocen todos los pros y contras.

Planteemos un ejemplo rápido de una empresa de colchones cuyas ventas están cayendo en picado. Sin conocimientos financieros lo más probable es que se traslade la orden a los comerciales de “vender más”, una orden clara aunque bastante simple. En cambio, si conocemos la situación de la empresa, sabremos cuánto puede vender cada comercial y exigir un aumento concreto y asumible, así como qué otros mecanismos debemos activar para potenciar las ventas (activación de promociones o campañas de marketing, revisión de precios, etc.)

Más allá de estos grandes campos de actuación, tener una buena educación financiera empresarial es útil para:

Afinar los presupuestos y la entrada e inversión de dinero 

Los presupuestos (y su aceptación) son la base de todo negocio. Y tan importante es hacerlos bien como saber leer los que nos mandan. Pero vayamos por partes y empecemos por la elaboración de presupuestos.

Poner precio nunca es fácil, especialmente cuando ofrecemos productos o servicios personalizados. Los costes variables ya suponen todo un problema pero, más allá de materiales y mano de obra, un proyecto exige de otros procesos paralelos que deben ser tenidos en cuenta: labores comerciales y de gestión, tareas de RRHH para los trabajadores, alquiler del local… La educación financiera ayuda a detectar y reflejar todos estos extras en el precio, así como a plantear opciones de pago alternativas que faciliten el pago a cada cliente.

Por otro lado están las compras. Renovar la flota de coches, adquirir maquinaria, implementar un nuevo sistema SAS… Estos gastos, aunque costosos, son muy necesarios. Esto hace que muchas empresas afronten estos pagos a ciegas sin analizar bien la situación. Poseer unas bases financieras permite calcular cuál será el retorno de la inversión y determinar si es el mejor momento u opción para comprar. ¡La información es poder!

Negociar mejor 

Después de los presupuestos llega la hora de negociar, un proceso que muchos emprendedores afrontan con cierto cansancio y hastío. El haberse roto la cabeza por hallar el mejor precio y las ganas (o necesidad) de conseguir más trabajo pueden jugar una mala pasada al sentarse frente a un cliente a ajustar costes o, peor aún, tomar decisiones más importantes como expansiones, contrataciones o fusiones.

Contar con unos buenos conocimientos financieros tanto generales como de la propia empresa es la mejor arma para encarar estos procesos. Conocer a fondo todos los factores que intervienen en una situación es útil para fijar precios máximos y mínimos en los que movernos, así como para entender y saber aprovechar las diferentes condiciones que hay sobre la mesa.

Usar la financiación como una herramienta de crecimiento 

Cualquier empresa quiere crecer, pero este proceso a veces duele debido a los costes que se deben asumir. La financiación es una gran opción para afrontar estos momentos, pero puede conllevar ciertos riesgos que pongan en peligro la salud económica de la compañía.

Subvenciones públicas dedicadas a la innovación, financiación privada orientadas a fases de expansión y crecimiento de proyectos… En este campo existen múltiples soluciones específicas tremendamente útiles, pero de las que conviene conocer su funcionamiento si queremos sacarles todo el partido. Una mejor educación financiera permite a los responsables entender qué tipos de productos tienen en su mano y calibrar cuándo y cómo es la mejor forma de hacerlo.

Mujer calculando finanzas. Usar la financiación como una herramienta de crecimiento.

La financiación responsable para empresas, un concepto salvavidas 

La financiación responsable es un término que las entidades financieras como Cofidis usan para englobar una serie de requisitos que una persona o empresa debe cumplir para poder solicitar un crédito. Una de las más conocidas es, por ejemplo, que la deuda mensual no puede superar el 40 % de los ingresos. Pues bien, una buena práctica para las empresas es definir sus propias reglas de financiación, estableciendo en qué escenarios es posible solicitar un crédito y bajo qué condiciones con el fin de poder llevar a cabo un desarrollo sostenible. Aquí entrarán en juego parámetros como:

  • Cantidad total del préstamo
  • Mensualidades
  • Condiciones (Diferencias entre TIN y TAE…)
  • Duración 
  • Porcentaje que supone respecto a los ingresos
  • Penalizaciones 
  • Capacidad de retorno y endeudamiento
  • Avales 

Encontrar fórmulas de negocio más eficientes 

En esencia, hay dos formas de mejorar los números de una empresa: vendiendo más o gastando menos. Revisar los costes es, por tanto, una excelente forma de optimizar un negocio. Pero claro, para hacerlo es necesario conocer qué estamos viendo, ya que de lo contrario corremos el riesgo de recortar algo esencial.

El conocimiento financiero permitirá discernir los gastos clave de las posibles cambios que puedan derivar en un aumento de rentabilidad sin que ello conlleve una pérdida de calidad en términos de procesos o resultados. Tal y como apunta un informe de la reputada universidad de Harvard, la forma más fácil de recortar costes es conociendo su influencia en las cuentas generales.

Todos los ámbitos en los que una buena educación empresarial puede ser crucial

Más allá de los aspectos generales que acabamos de ver, existen un montón de momentos en el día a día de cualquier proyecto en los que contar con una buena educación financiera para empresas puede marcar la diferencia:

  • Definición del plan de empresa
  • Establecimiento de precios
  • Gestión de cobros y pagos
  • Selección de proveedores
  • Tramitación y pago de impuestos
  • Adopción a reguladores y normativas
  • Solicitud de subvenciones
  • Análisis y previsiones del flujo de caja
  • Afrontar periodos de pérdidas y ganancias
  • Desarrollo de la inversión
  • Prever necesidades financieras futuras

Cómo mejorar la educación financiera para empresas y autónomos sin gastar un céntimo

Formarse suele ir vinculado a una inversión de tiempo y dinero, justo lo que más necesitan los emprendedores. Pero descuidar la educación financiera es todo un error debido al potencial de cambio que puede suponer para un proyecto.

Además, si hablamos de formación a emprendedores, autónomos y pequeños empresarios, se pueden encontrar opciones de calidad, gratuitas y en todo tipo de formatos, lo que facilita un aprendizaje adaptado al ritmo de vida de cada persona. Analicemos las principales opciones:

Cursos y formación gratuita 

El Estado y los gobiernos autonómicos han desarrollado un amplio catálogo de formaciones gratuitas orientadas al mundo empresarial y financiero. Un buen ejemplo es el programa de Dirección de Asuntos Financieros y Empresariales que ofrece de forma gratuita la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), en el que se puede asistir a ponencias, obtener datos actualizados, información financiera y tendencias, así como descargar material didáctico.

A nivel local también hay opciones de lo más interesantes. Es el caso de la plataforma educativa para emprendedores que ofrece Barcelona Activa, el Portal del Emprendimiento de la Comunidad de Madrid o Madrid Emprende, Emprendedores de Sevilla y tantas otras en los que es posible encontrar hasta cursos en formato vídeo de temáticas muy concretas.

Contenidos como blogs y podcasts 

Otra gran forma de mejorar la educación financiera de una empresa o emprendedor es mediante la gran cantidad de contenidos especializados que se encuentran por la red. Este blog, Cofidis Retail, es el mejor ejemplo. Aquí tienes todo tipo de contenido acerca de cómo aprovechar la financiación para mejorar las ventas y otros contenidos orientados a mejorar tus conocimientos en diferentes ámbitos de la empresa.

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